martes, 25 de octubre de 2011

El palacio San José.

El Palacio San José fue la residencia del primer presidente constitucional de Argentina y gobernador de la Provincia de Entre Ríos, general Justo José de Urquiza. En este edificio predominan el estilo italianizante con el criollo argentino derivado del colonial español.
El Palacio San José, hoy Museo Nacional Justo José de Urquiza, se encuentra ubicado en el
Departamento Uruguay de la Provincia de Entre Ríos, entre las localidades de Herrera y Caseros, a unos 30 km al oeste de Concepción del Uruguay.
Su dueño original lo bautizó Posta San José, pero debido a la exquisitez, para la época, de su construcción, pronto los vecinos del lugar y los visitantes comenzaron a llamarlo Palacio San José.
Originalmente estaba emplazado en una
estancia de 2.500 hectáreas, de las cuales 20 estaban destinadas a parques, jardines y una enorme quinta de frutales, en medio de los cuales se situaba el casco principal, construido en estilo renacentista italiano.
La obra demandó nueve años de trabajos, entre
1848 y 1857, y fue encomendada inicialmente al arquitecto italiano Jacinto Dellepiane, quien abandonó la obra a poco de iniciada. Ante esta circunstancia la obra fue confiada al arquitecto Pietro Fossati, quien fue asistido por su hermano de profesión escultor. La obra fue llevada adelante por tallistas, herreros, pintores y jardineros, todos traídos del extranjero especialmente para esta construcción.Hay que destacar que cada habitación tenia su propio  diseño sobre todo en los techos.




( habitación)





(plato de la cocina)

(utensilios de cocina)


(parte de la cocina)


(parte del palacio en la que se muestra una de las tantas habitaciones)

lunes, 24 de octubre de 2011

Monumento Nacional

El Palacio San José fue declarado Monumento Nacional por Ley 12261 del 30 de agosto de 1935.
El Palacio, es sin duda una residencia extraordinaria, tanto por su amplitud como por los detalles que contiene. No existe en toda la República Argentina otra construcción del tipo que pueda comparársele. Ningún caudillo o personaje argentino construyó para su residencia un edificio semejante.Frente de la capilla, la cruz, pilastras, ménsulas, las cabezas de ángeles y los medallones que aún se pueden observar fueron construidos por el artífice Antonio González,
en Concepción del Uruguay.
El altar está construido en cedro con aplicaciones de oro,representaciones de la Fe, Esperanza y Caridad. El ara con sus respectivas reliquias, según la tradición es una piedra de las catacumbas romanas.
Está coronado con otra cúpula con los atributos de la crucifixión .El San José y el Niño del Altar
fue obsequiado a Urquiza por su primo Máximo de Elia en el año 1860.
Tenía antaño un espléndido vestido de terciopelo bordado en oro y piedras, obra del grabador Pablo Cataldi.La capilla tiene dos púlpitos. Debajo del artesonado que hace techumbre, se encuentra la representación del Espíritu Santo en la paloma con sus alas desplegadas. Exponente notable del estilo italianizante en boga en esa época. 38 habitaciones en torno a tres patios
forman el cuerpo principal de San José Siguen las dependencias de servicio, capilla, cocheras, huertas de frutales, y al fondo, un lago artificial.Escenario de notables acontecimientos políticos,
en San José se firmaron tratados internacionales, se recibió a diplomáticos extranjeros y
al primer Nuncio Apostólico y a numerosas personalidades militares y políticas argentinas.
Sus interiores exhiben el primer sistema de agua corriente del país, además de documentos, antigüedades, y obras de arte como los cuadros de las batallas que libró Urquiza pintados por el uruguayo Blanes.Varias obras de arte completan la decoración del Palacio en la Capilla y el interior, cuadros murales entre los que se destacan la serie de las batallas de Urquiza del pintor uruguayo Blanes; y en el jardín, bustos de hombres célebres Napoleón, Hernán Cortés, Alejandro Magno y Julio César y esculturas, de las cuales cuatro estatuas de mármol de Carrara simbolizando los continentes de América, Europa, África y Asia, varios jarrones decorativos y otras.
Edificado en una sola planta, con una torre en cada uno de los extremos de su frente,
se desarrolla sobre un amplio rectángulo, con tres divisiones : un primer patio, el Patio de Honor, todo circundado, como el frente, por ancha galería, en el que se encontraban los locales de recepción sala, escritorio, salón de billar, comedor y los dormitorios para la familia
y los huéspedes de categoría principal.En el segundo patio, Patio del Parral,
así llamado por tener en sus cuatro lados un parral de hierro forjado, semejante al anterior, se encontraban el comedor y las piezas para huéspedes de menor categoría. en el tercero, abierto sobre el contrafrente se ubicaban las dependencias y piezas para el servicio. Separada del cuerpo principal estaba el " negocio mercantil de San José " y próximo a él La Capilla, joya arquitectónica de estilo corintio, cuya erección fue autorizada por Breve del Papa Pío IX y
consagrada el día de San José (19 de marzo de 1859) por el Nuncio Pontificio Monseñor Marini.
El edificio estaba rodeado por un amplio jardín. Al fondo se hallaba una extensa quinta, de veinte has. de superficie con gran cantidad y variedad de árboles frutales y forestales. Y algo más lejos, hacia el oeste, un gran lago artificial (185 metros por 110 metros) rodeado por altos paredones con canteros de flores e instalaciones para presenciar espectáculos desarrollados en su interior.
Ruinas actuales del antiguo Lago Artificial, donde navegaban ligeros veleros
y se realizaban fastuosas fiestas.

El edificio está sólidamente construido con ladrillo y cal y terminado con materiales seleccionados, habiendo sido muchos de ellos, como azulejos, mosaicos, cristales y espejos traídos directa y expresamente de Europa.
Para el riego del jardín y quinta, y los baños y servicios generales, existía una completa instalación de agua corriente, con su toma en el Río Gualeguaychú a 2 km. de distancia




domingo, 23 de octubre de 2011

Biografia de Urquiza

Hijo de un inmigrante vasco afincado en Entre Ríos, comandante militar de medio territorio cuando los sucesos de mayo de 1810, Justo José de Urquiza nace en una gran estancia al norte de la villa de Concepción del Uruguay.



Se considera el comienzo de su vida pública se inicia en 1826 como diputado en la Legislatura Provincial, la que llegó a presidir, aunque se sabe de participaciones anteriores luego de la caída del Supremo Entrerriano, en 1821, comenzando así un trayecto de casi 50 años, ya que muere en 1870 siendo gobernador de Entre Ríos. En 1842 comienza su actuación como gobernador, momento en que su figura empieza a gravitar.



En 10 años desde entonces realizó una labor extraordinaria en todos los aspectos pese a que vivió montado en su caballo de guerra gran parte de ese período. Supo preparar un gran ejército , disciplinado y poderoso, y adquirió ante él mucho ascendiente. Ya meditaba que le sería necesario para cumplir el alto propósito de organizar el país con el basamento estable de las leyes que debían contener el principio de autonomía de las provincias.



Así lo señalaba la trayectoria histórica desde la época de Artigas primero y Ramírez después. Quiso iniciar la cruzada redentora al lado de Corrientes ya en el año 1846, que no pudo concretar en ese momento, pero ello no significaría nada más que una postergación que serviría para robustecer su anhelo y preparar mejor el programa. Lo que hizo en Entre Ríos en ese lapso de diez años desde 1842, es la gestación de las grandes realizaciones que ya tenía en perspectiva.



La obra cultural que realizó, corre pareja con la organización militar. Fundó escuelas en todos los pueblos y en la campaña, personalmente se ocupó de los detalles de su funcionamiento y en el progreso de los alumnos, incluso pasando largas vigilias revisando los cuadernos de algunos de ellos. Buscó afanosamente maestros, captó la necesidad de éstos e intentó en dos oportunidades funda escuelas normales, y cuando estaba a punto de lograrlo, lo sorprendió la muerte.



Fundó un gran Colegio de trascendencia universitaria, de enorme influencia en el ámbito nacional e internacional y lo siguió paso a paso, desde los detalles de ingreso de los alumnos, la calidad del personal, las múltiples necesidades que se le presentaron, de la apertura y clausura de clases, de los exámenes, las comodidades, la higiene y todo aquello que surgía como consecuencia de la vida en común de trescientos escolares. Hubo desde el comienzo del funcionamiento del Histórico Colegio del Uruguay un anhelo: que a sus aulas acudieran jóvenes de todas las latitudes argentinas, lo que está ligado con el gran propósito de la organización nacional. Es decir que Urquiza preparó fuerza y conciencia para el gran momento ilustrando a los jóvenes de todo el país para que interpretasen, en su momento, la nueva situación. Este momento llega en 1851, cuando se pronuncia contra Rosas.



Desde el Palacio de san José sale en la madrugada del 1º de Mayo de ese año al frente de sus hombres para proclamar su ansiedad y su propósito de constituir legalmente el país, lo que hace en la ciudad de Concepción del Uruguay, frente a la pirámide que recuerda al otro entrerriano que treinta había tenido la misma inquietud






(copia exacta de la cara de Jose De Urquiza despues de que lo asesinaron.)

sábado, 22 de octubre de 2011

Urquiza y la Constitución

El 3 de Febrero de 1852, la Batalla de Caseros, tuvo el alto designio de terminar las cruentas rencillas entre argentinos y unirlos a la sombra de una constitución. El triunfo en esa batalla le permite realizar el programa previsto.


El 20 de noviembre de ese año se reune en Santa Fe el congreso constituyente y el 1º de mayo siguiente sale a la luz la constitución Nacional que hoy nos rige. La gran obra estaba cumplida. Satisfechos debieron estar los hombres de Mayo de 1810. A los 43 años comenzaba la práctica de las instituciones que aquellos previeron.


Surgiría entonces la primera presidencia constitucional del país. Sabido es que Buenos Aires se separó del resto de las provincias argentinas, por lo que el país debió iniciar este nuevo período sin contar con el valioso concurso de su provincia más rica, en especial sin contar con los grandes y casi exclusivos recursos que daba la aduana del puerto de Buenos Aires. Todo debió organizarse de acuerdo a la nueva situación. Entraron en juego los preceptos constitucionales, entre ellos, los que determinaban la organización de los tres poderes que comenzaron a actuar en el equilibrio que caracteriza a las democracias, con la casi nula experiencia que tenía el país en este sentido.


Cabe destacar la libertad de acción del Poder Legislativo, ya que el que ejercía el Ejecutivo era un caudillo fuerte y que podía nuclear una fuerza militar poderosa con su solo prestigio. Sin embargo, el primer Congreso argentino, trabajó con total libertad, sin presiones. Es que quien venía luchando desde más de 20 años por la imposición de la ley, quiso ser el primero en respetarla; después sería el primero en apuntalarla.
Pero el 11 de septiembre, una revolución llevó al poder a los unitarios porteños y sus diputados no se incorporaron al Congreso. Urquiza estuvo a punto de imponerse por la fuerza, pero a último momento decidió creer en las posibilidades de negociar con los porteños. No obstante, los unitarios porteños no volverían a incorporarse al resto del país sino siete años más tarde, y solamente por la fuerza.
El gobierno porteño lanzó una invasión a Entre Ríos, que fracasó por completo, pero aún así Urquiza se negó a atacar a la provincia rebelde. En cambio, el coronel Hilario Lagos se lanzó a la rebelión contra el gobierno porteño, y
sitió la capital de su provincia. Llegó a formar un gobierno paralelo en San José de Flores y a gobernar el resto de la provincia, pero aunque Urquiza se unió al sitio, la ciudad resistió.
El Congreso sesionó sin la presencia porteña, y aprobó una Constitución federal y liberal, adaptación de
José Benjamín Gorostiaga del proyecto de Juan Bautista Alberdi. Éste copiaba en gran parte la constitución de los Estados Unidos, pero tenía también influencia de la Constitución Argentina de 1826.
Urquiza obligó a los diputados federales a aceptar el proyecto de Gorostiaga, e incluso hizo que varios renunciaran, negándoles el pago de sus dietas. De esa manera logró que el 1ro de mayo de
1853 se sancionara la Constitución. El 9 de julio, la Constitución era jurada en todas las capitales de provincia.
Hasta la reunión del Congreso Nacional, el Congreso Constituyente se hizo cargo del Poder Legislativo. Las principales leyes que sancionó fueron la que designaba a Paraná capital del país hasta que Buenos Aires se uniera al mismo, y otra aprobando un tratado de libre navegación de los ríos con Francia e Inglaterra, que ponía el derecho de navegar los ríos interiores en igualdad de condiciones con la navegación en alta mar, esto es, completamente libre de todo control.

En el mes de junio, el soborno a los jefes de la escuadra federal obligó a levantar el sitio de Buenos Aires.

viernes, 21 de octubre de 2011

Asesinato de Urquiza

La oposición decidió no esperar más un pronunciamiento a su favor de parte de Urquiza, y decidió lanzarse a derrocarlo.
El general
López Jordán organizó rápidamente la revolución; el primer objetivo era apoderarse de la persona del gobernador, para forzarlo a renunciar o expulsarlo del país. Envió en su busca al coronel Simón Luengo, un cordobés que había visto la represión de los porteños en su provincia, donde habían derrocado al menos dos gobernadores federales; que había visto los crímenes de los coroneles de Mitre y Sarmiento en su provincia y en las vecinas. No se podía esperar misericordia de tal personaje, y no la hubo.
Urquiza fue asesinado en el Palacio San José el 11 de abril de 1870: una partida de cincuenta hombres al mando de Luengo llegó con caballos y redujo la guardia. Urquiza intentó defenderse con un fusil, pero fue herido de un tiro en la cabeza y rematado con 5 puñaladas.
Ese mismo día eran asesinados en
Concordia también sus hijos Justo Carmelo y Waldino; los dos eran amigos íntimos de López Jordán, lo que parece probar que los asesinos no actuaron por orden de López Jordán.
Tres días más tarde, López Jordán era elegido gobernador por la Legislatura. En su discurso de asunción apoyó la revolución, y apenas mencionó de paso que

El único que intentó una resistencia fue el propio Urquiza, que tomó un arma e hirió a algunos de sus atacantes, pero un balazo certero dio en su mejilla y tras él, cinco puñaladas rubricaron el ensañamiento.
Uno de los asesinos, conocido de la casa, ante alguien que lo increpa por la brutalidad, dice que la cometieron porque era un traidor, vendido a los porteños.
En ello estaría la explicación de la causa de la tragedia. La alta política de amplitud nacional que siempre siguió, no fue captada en el momento por muchos sectores de entrerrianos en el último decenio de su vida. La interpretan como de entreguista, de claudicación a los principios autonómicos, penetraron a caballo en el Palacio quienes asesinarían a Urquiza, al grito de "¡Muera Urquiza; viva López Jordán!". En la sala del crimen, el lugar que fuera dormitorio de Urquiza, se conserva en un postigo la huella ensangrentada de la mano del líder ultimado. Este lugar fue transformado después en oratorio por la esposa de Urquiza..


"…he deplorado que... no hubiesen hallado otro camino que la víctima ilustre que se inmoló."
La mayor parte de los federales apoyaron la revolución, e incluso José Hernández llegó a hablar de "…su muerte, mil veces merecida."
Más tarde, López Jordán fue acusado de haber querido encabezar una rebelión contra el gobierno nacional. Un año más tarde, después de una resistencia heroica, la provincia era sometida por la fuerza. Los federales, tanto jordanistas como urquicistas, fueron proscriptos, y las garantías que Mitre había tácitamente acordado con Urquiza desaparecieron. La provincia fue ocupada militarmente y perdió para siempre la importancia que había tenido.
El asesinato de Urquiza contó con amplio apoyo popular entre los entrerrianos. Esto se debió a las actitudes asumidas por Urquiza: la retirada de la batalla de Pavón, su neutralidad frente al bombardeo de Paysandú, su participación en la guerra contra el Paraguay, las maniobras para evitar la elección de López Jordán y la entrega de la recaudación de impuestos en manos de un particular.Recordemos que cuando lo mataron a el Gral. Urquiza una de sus hijas estaba tocando el piano.
Sus restos descansan en la
Basílica Inmaculada Concepción, en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, República Argentina
(pañuelo con sangre del general Urquiza)

(cabello real extraído cuando Urquiza murió)